El economista Martín Rapetti cuestionó la propuesta de dolarización de la economía al entender que no inmuniza contra el populismo y no permite como a los países que cuentan con un Banco Central y moneda propia “ajustarse a cambios en la competitividad”.

En diálogo con País Productivo Radio el director ejecutivo del Centro de Análisis Económico Equilibra, explicó los inconvenientes que puede traer la dolarización y los ejemplos en aquellos países que adoptaron como referencia una moneda externa.

«No es bueno tener un país dolarizado. Primero porque no inmuniza contra el populismo fiscal. Segundo porque todos los países del mundo tienen banco central para proveer liquidez. Y tercero, los países con moneda propia pueden ajustarse a cambios en la competitividad», detalló Rapetti.

En ese sentido puso como ejemplo la experiencia de Ecuador “un país dolarizado donde (el ex presidente Rafael) Correa llevó el gasto público del 21% al 44% del PBI” y la de Grecia, que reseñó tuvo “un boom con el Euro, y luego del 2008 quedó cursando un penoso proceso».

Pero más allá de las promesas de campaña, el economista doctorado en la Universidad de Massachusetts resaltó que además de las limitaciones que implica para la política monetaria, “no hay dólares para dolarizar: El Banco Central debe, no tiene y la única forma es emitir deuda y que el sector privado aumente tenencia de la misma, que dudo lo haga».

Finalmente, sobre el tema recordó que Horacio «Rosatti, presidente de la Corte Suprema de Justicia, dió a entender que no es constitucional dolarizar», por lo cual imponer ese eventual proceso en la economía tendría un impedimento aún mayor como la inconstitucionalidad.

Sobre la actual coyuntura económica, el director de Equilibra señaló que «ningún país puede crecer de forma sostenida con este nivel de inflación. Países que se toman su tiempo para bajar un 150% de inflación no crecen».

Al respecto, lamentó que “la estabilización tiene un costado socialmente doloroso. Implica corregir algún servicio atrasado como la energía, subir el dólar”, y precisamente resaltó que “la clave es estabilizar el tipo de cambio, todo lo demás se acomoda».

Pero para ello, entendió que se debe avanzar en “un gran acuerdo nacional con el objetivo de bajar la inflación. Es importante sumar a un plan de estabilización a empresarios y trabajadores porque se necesita la cooperación política» de todos los sectores, y no solo el ordenamieto de variables.

«Creo que Argentina puede dar un vuelco gigantesco si la conducción política logra decir si sobre 4 o 5 temas están de acuerdo: bajar la inflación, la producción de gas y petróleo y la transición energética», enumeró ante la perspectiva de un nuevo gobierno que pueda aunar voluntades.

En ese mismo sentido, propuso “poner un paraguas sobre lo que no se discute: un banco central independiente, sostener una regla fiscal sin gastar más de lo que tenemos y dar seguridad jurídica a los sectores productivos».