(Por redacción País Productivo) En el marco de las 113° Conferencia Internacional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se está llevando a cabo en Ginebra, Suiza, tanto la industria como el sindicalismo argentino lanzaron sendos cuestionamientos al rumbo del Gobierno nacional en materia económica, si bien cada sector apuntó para su lado respondiendo a sus intereses.
Así, la industria, representada por la Unión Industrial Argentina (UIA), pidió mayor competitividad para el sector, focalizándose en cuatro aspectos centrales: cambios en la legislación laboral, reducción de la litigiosidad, baja de costos no salariales y mayor acceso al crédito.
En la vereda de enfrente, la Confederación General del Trabajo (CGT) planteó la necesidad de que haya un nuevo pacto entre la producción y el trabajo, rechazó la intención de deteriorar o modificar los derechos laborales y pidió «levantar el capo al salario».
La posición de la industria
Durante su disertación, el presidente de UIA, Martín Rappallini, remarcó la necesidad de que la industria cuente con mayor competitividad en nuestro país, aspecto «crucial» para la «creación de empleo sostenible».
«En nuestro país hace más de una década que el empleo formal está estancado. Y en ese proceso, la industria perdió más de 100.000 puestos de trabajo desde su pico histórico. ¿Qué sucedió? Se deterioró la competitividad del sector transable, ahogado por costos crecientes, regulaciones desactualizadas, presión impositiva y falta de infraestructura», dijo Rappallini.
Según el dirigente industrial, en diez años, el empleo público creció más del 18%, mientras que más del 40% del empleo asalariado privado es informal. «Esto revela una economía que penaliza al que produce. Necesitamos corregir estas asimetrías», sostuvo.
Para la cámara empresaria, «la competitividad no es un privilegio, es una condición necesaria para los sectores que enfrentan a diario la competencia global».
A raíz de esto, indicó que el sector industrial trabaja por «una agenda integral de competitividad productiva, que incluya una legislación laboral moderna que sintonice con las demandas de este siglo; reducción de la litigiosidad y adecuación del sistema de riesgos del trabajo para evitar abusos y fraudes; baja de los costos no salariales para facilitar la formalización del empleo, sobre todo en las pymes; y mayor acceso al crédito productivo para inversión en formación técnica y tecnología».
«Sin estas condiciones, no habrá empleo formal ni expansión del sector productivo. Y sin sector productivo competitivo, no habrá inclusión ni desarrollo duradero», remarcó Rappallini, quien reafirmó la necesidad de que se dé en Argentina la construccióin de un «nuevo contrato productivo basado en el trabajo formal, la innovación, la competitividad y la equidad».
Lo posición sindical
A su turno, el secretario de Relaciones Internacional de la CGT y representante de los trabajadores argentinos ante el organismo, Gerardo Martínez, criticó al Gobierno nacional por las políticas implementadas en materia de trabajo y protección de la población vulnerable, rechazó cualquier deterioro o modificación en los derechos laborales y pidió levcantar el «cepo al salario».
«En Argentina, el mensaje de la política sigue siendo el de la confrontación. El Gobierno desatiende demanda urgentes económicas y sociales, desfinancia la salud y la educación y no promueve políticas de ingresos y empleo para sectores de una pobreza extrema», dijo Martínez en su disertación.
Según su visión, el gobierno de Javier Milei, «busca transferir al sector privado el rol del estado, afectando los valores de la justicia social. Sin estado no hay nación y habló de un estado moderno y promotor de un desarrolllo estratégico que nos contenga a todos y reporesente la Argentina de nuestros sueños».
Es por eso que consideró «inaceptable que un 50% de la población sufra la pobreza e indigencia» y que los niveles de informalidad laboral superen el 40% de los trabajadores totales.
«Queremos ser parte de la solución. Nosotros representamos a los trabajadores formales e informales. Queremos ser escuchados, sabemos qué hacer. Promovemos un pacto entre la producción y el trabajo. Las politicas que promueven la producción, el trabajo y el desarrollo, deben estar en la misma dimensión que las fiscales, monetarias y cambiarias», remarcó.
En este sentido, consideró «inadmisible que se pretendan deteriorar los derechos laborales o modificarlos», condenó la violencia ejercida por el Estado de manera física y en materia de ingresos contra los jubilados, y reclamó el «libre ejercicio de la negociación colectiva y rechazamos toda imposición de un techo a la negocacion. Levantemos el cepo al salario».