(Por redacción de País Productivo) El letrado analizó las posibilidades de una modificación del régimen del trabajo, se animó a proponer soluciones y aseguró que el problema de la baja ocupación de calidad en Argentina no tiene nada que ver con los derechos de los asalariados. 

En plena cuenta regresiva hacia el 26 de octubre y con un panorama poco favorable, el Gobierno nacional volvió a la carga con el discurso de los cambios estructurales. Desde el punto de vista de Juan Manuel Ottaviano, abogado laboralista, la jugada está más cerca de ser una promesa de campaña que una política sólida. “Hablan de reforma laboral para desorientar, porque llegamos a las elecciones discutiendo su modelo económico”, afirmó.

Una de las preguntas que surgieron trás el anuncio del presidente de avanzar con esta modificación al régimen vigente, gira en torno a cuáles serán los derechos sobre los cuales recaerá la enmienda y si esa transición es hacia una actualización de las normas o implica un debilitamiento de los preceptos protectorios de los asalariados. 

Según la lectura del letrado, una clave podría estar entre los artículos del Decreto 70/2023 que fueron declarados inconstitucionales por la Justicia Nacional del Trabajo. “A mí me parece que la orientación de la reforma laboral de Milei está clara ahí. El objetivo declarado era crear empleo a través de la flexibilización de las condiciones de desempeño”, resaltó el entrevistado.

Más allá de las suposiciones, las palabras tiradas al viento por el líder de La Libertad Avanza no le permitieron a Ottaviano hacer una análisis técnico de esos supuestos cambios que se llevarían a cabo después de las elecciones. “No se dice más que eso y afirma que quiere cambiar leyes de hace 70 años. Me parece que el presidente no conoce las normas de trabajo, hubo muchas modificaciones en las últimas décadas”, señaló.

Pero el problema de fondo va más allá del desconocimiento del mandatario argentino sobre el cuerpo normativo de esta rama del derecho y así lo recalcó el abogado que puso especial énfasis en la situación crítica que viven algunas de las actividades que más generan puestos de calidad en el país. 

“Lo que pasa es que en este año y medio después de sancionada la reforma laboral de la Ley Bases, los objetivos que se plantearon no tuvieron resultados. Cayó el empleo privado registrado, subieron tanto la informalidad como el trabajo por cuenta propia o monotributista. ¿Y es por estas leyes? No, es porque no hay crecimiento económico, ni una estrategia de desarrollo productivo en Argentina”, reclamo.

Nada sin industria nacional

“Me parece que no es un buen momento para que el Gobierno plantee reformas estructurales cuando las condiciones para el crecimiento de niveles de ocupación y la expansión de la actividad no están dadas”, afirmó Ottaviano que volvió a cargar tintas en contra del discurso oficialista que pretende hacer creer a la sociedad que los cambios de estas regulaciones pueden generar nuevos puestos de calidad. 

“Es un error estratégico desde el punto de vista económico, pero también un error desde el punto de vista político atribuir la falta de empleo a las leyes laborales”, insistió e hizo un breve repaso por alguna de esas modificaciones incorporadas en la Ley Bases que tuvieron como único resultado el aumento de personas trabajando en la informalidad. 

“Eliminar las multas por trabajo no registrado puede aliviar a algunos sectores, pero lo único que permite es propiciar la contratación en negro”, enfatizó Ottaviano que luego aseguró que  la formación de nuevos puestos de calidad depende de las condiciones de expansión de la economía, de un crecimiento sostenido y que esto se logra con el fortalecimiento de los segmentos que utilizan una mayor cantidad de mano de obra.

“Más allá de los intereses que puedan tener las empresas o los sindicatos respecto de esta discusión y en el contexto de la notable recesión que estamos atravesando, plantear que el asunto es reformar las leyes laborales o flexibilizar aún más el mercado de empleo, no me parece una buena estrategia”, concluyó el especialista. 

Una cuestión de costos y sectores

Una vez que Ottaviano dejó en claro que, desde su punto de vista, el comportamiento del empleo y la calidad de los puestos que se generan tiene más que ver con el modelo y el contexto macroeconómico que con la reforma de las normas laborales, llegó el momento de hablar de las posibles soluciones para la situación agraviante que atraviesa hoy el mundo de los asalariados.  

“Tenemos que dejar de discutir en la Argentina un juego de suma cero en donde hay que flexibilizar del todo o no hay que hacer nada. La solución virtuosa puede estar en la actualización de los convenios colectivos y en buscar nuevas categorías o en la previsibilidad en cómo debe ser sancionado el trabajo no registrado”, reclamó el entrevistado.

Pero antes de continuar con algunos ejemplos de reformas que podrían impulsar la contratación de calidad en el país, el letrado hizo hincapié en la necesidad de tener en claro que no debe confundirse la implementación de iniciativas de promoción industrial en general -y en particular, por sectores- con las medidas para mejorar la situación de los asalariados. “No podemos poner el carro delante de los caballos”, aseguró.

“Una política laboral se puede adecuar a una buena estrategia de desarrollo productivo sectorial. Por ejemplo, en el caso del sector textil, ninguna de las fases de la cadena puede ser tratada de manera ecuánime. Lo que no podemos hacer es tirar por la ventana el sector de punta a punta, porque se pierden 150 mil puestos de trabajo”, explicó el abogado especialista. 

En esa misma línea de pensamiento Ottavino abrió la invitación a imaginar formas de fiscalización para que la economía informal no reproduzca puestos no registrados. “Se puede pensar en mecanismos de competencia entre sectores o dentro de la cadena”, aseguró y agregó que sería útil también repensar figuras como el monotributo o la trazabilidad de los segmentos.

Más allá de las alternativas de reformas que podrían afectar la legislación que regula el trabajo, el letrado insiste en tener en claro una premisa: “las políticas laborales y las políticas activas de empleo no van a resolver problemas macroeconómicos”. Luego introdujo el tema de la reducción de las cargas a los empleadores como una clave de cambio posible y positiva.

“Hay que atacar el problema de los costos para las pequeñas y microempresas, sin flexibilizar derechos. Planteamos un régimen de contribuciones patronales para estas unidades prácticamente en cero. Estamos hablando de lo que le cuesta, por encima del salario, contratar un trabajador”, profundizó el entrevistado. El plan propuesto incluye un sistema de progresividad de estos tributos para los negocios salen de la zona pyme. 

“Como segundo punto, habría que implementar estrategias realmente agresivas para acompañar a la producción en momentos de inestabilidad del empleo”, continuó el abogado que introdujo la importancia de mantener una mirada segmentada en determinados momentos de inestabilidad.

“Entendemos que se necesitan acompañamientos sectoriales. A través del diálogo social, del encuentro entre cámaras y sindicatos. Que sean los sectores los que determinen quiénes son los que necesitan ayuda y durante qué plazo y que el Estado acompañe el pago de salarios. Se trata de cuidar, estabilizar el empleo de una manera mucho más agresiva que lo que se vino haciendo en el tiempo”.