(Por redacción País Productivo) En su afán desregulador y de bajar costos productivos, el Gobierno nacional decidió hoy abrir la libre importación de productos veterinarios de un selecto grupo de países con estándares equivalentes al nuestro.

Así, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) publicó hoy en el Boletín Oficial la la resolución 333/2025, en la cual se implementa un nuevo sistema de registro, que permite el ingreso de cualquier producto veterinario – existen algunas excepciones – de países como Estados Unidos, Japón, Suecia, Suiza, Israel, Canadá, Austria, Alemania, Francia, Reino Unido, Países Bajos, Bélgica, Uruguay, Dinamarca, España e Italia.

La medida fue adelantada ayer por la noche por el ministro de Economía, Luis Caputo, que consideró a la misma como «muy importante porque además de promover el acceso a insumos de calidad con estándares internacionales, el nuevo sistema reduce significativamente los plazos de aprobación: antes se demoraba 2 años; ahora el tiempo de espera tendrá un máximo de 90 días hábiles administrativos».

En su posteo, Caputo menciona cuatro grupos de productos que ahora se podrán importar: kits de diagnóstico, medicamentos, productos biológicos para uso veterinario y vacunas.

Y éstas últimas son un tema especialmente sensible para el sector ganadero, en especial, en lo que se refiere a la vacuna anti aftosa.

«Se espera un impacto en la reducción de los costos de productos estratégicos como la vacuna contra la fiebre aftosa, que en Argentina cotiza en torno a los US$ 1,20 por dosis ( US$ 1,36 en diciembre de 2023), mientras que en países limítrofes como Paraguay y Uruguay su valor ronda los US$ 0,37 y US$ 0,50 respectivamente. Seguimos dando muestras de que un país con reglas claras, que genere competitividad y esté a la vanguardia de estándares internacionales vigentes, es posible», dijo Caputo.

El tema de las vacunas antiaftosa ha promovido un fuerte debate desde que comenzó el Gobierno de Javier Milei, por dos motivos: uno es el que comentó Caputo y el otro es porque en Argentina, el mercado de estas vacunas la controlan solo dos empresas que las producen aquí: Biogénesis Bagó y CDV.

Esto les da la posibilidad y el peso necesario para decidir el valor del producto, cuestión que muchas veces genera enojo en el sector ganadero.

A partir de esta situación, en el Senasa impulsaron el año pasado un cambio en la normativa que determina qué tipo de vacuna anti aftosa se utiliza en el país, permitiéndo el uso de vacunas bivalentes, cuando tradicionalmente se utilizaron tetravalentes.

Este paso fue esencial y muy necesario para que hoy se pueda dar esta apertura del mercado de importación de productos veterinarios. De hecho, la empresa Tecnovax, abiertamente enfrentado con Biogénesis y CDV, fue la firma que insistió con que se cristalicen estás desregulaciones, que le valió, a finales del 2024, que la expulsen de la cámara que aglomera al sector.