(Por redacción País Productivo) Tras dos décadas de crecimiento constante en la producción y el consumo, y con una deuda en lo que se refiere a exportaciones, el sector porcino entiende que este es su momento y que tiene todo para seguir ganando protagonismo.
Es por eso que la Federación Porcina Argentina (FPA) presentó el ambicioso «Plan Estratégico 2025», que busca más que duplicar la producción y el consumo interno, al mismo tiempo que tiene como objetivo incrementar las exportaciones en más de un 3.000% hacia el año 2032.
Durante un evento realizado en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), la entidad marcó que dicho programa es «una hoja de ruta con proyección al año 2032 que busca fortalecer a toda la cadena porcina nacional» y que el mismo «está estructurado en torno a cuatro ejes clave: comercio exterior, sanidad, promoción y marco impositivo-financiero».

Las metas del Plan son más que desafiantes y ambiciosas. A partir de una inversión de US$ 1.600 millones que realizaría el sector en los próximos 7 años, mayormente en granjas, pero también en la industria, se busca incrementar la producción de carne de las 726.651 toneladas actuales a 1.719.936, lo que implica un crecimiento del 9% anual, a partir de un crecimiento en el plantel de madres reporductoras y una mejora en los kilos por animal producido.
Este aumento en el volumen posibilitaría dos cosas: en primer lugar un avance en el consumo interno que pasaría de los 16,8 kilos per cápita actuales a 28,3 kilos para 2032, mientras que las exportaciones podrían pasar de las efímeras 9.502 toneladas exportadas el año pasado a 300.000 toneladas.
De concretarse estos objetivos, en la FPA esperan que el impacto económico sea «significativo», alcanzando los US$ 7.760 millones en actividad total, al mismo tiempo que se generarían US$ 464 millones en exportaciones y más de 130.000 empleos directos e indirectos.

No obstante, señalaron dificultades para que este panorama se concrete. Por ejemplo, en relación al eje de comercio exterior, subrayaron que Argentina cuenta con 39 mercados abiertos, aunque señalaron la presión competitiva de Brasil.
“Debemos avanzar en la consolidación de las exportaciones de subproductos en mercados estratégicos, y resolver el cuello de botella de la integración de la media res porcina”, sostuvieron desde la cámara.
Al mismo tiempo, alertaron sobre el crecimiento reciente de importaciones, que provienen en un 95% de Brasil, y el impacto que generan en la integración de cortes locales, especialmente en la comercialización de la bondiola, que en el país vecino es considerada un producto de descarte.
Además, remarcaron la necesidad de avanzar en la apertura del mercado chino para subproductos porcinos, lo que permitiría mejorar la competitividad de la industria local y equilibrar el desbalance actual.
En lo impositivo y financiero, el foco del plan está puesto en corregir el desfasaje del IVA y avanzar en líneas de crédito adaptadas a la actividad. Actualmente, el productor paga un 21% de IVA en insumos y solo recupera un 10,5%, generando sobrecostos de hasta un 19% en cada inversión.
“Necesitamos financiamiento con plazos, tasas y períodos de gracia acordes a la dinámica de la actividad porcina. Solo así podremos modernizar nuestras granjas, incorporar tecnología y ser competitivos globalmente”, concluyó la FPA.