(Por redacción País Productivo) El dato es elocuente. Según la Fundación Observatorio Pyme el 2024 fue el año con la segunda mayor caída de la producción luego de la pandemia y también el segundo de mayor caída del empleo, sólo superado por la caída del año 2009 en el marco de la crisis internacional.

El trabajo realizado con la consulta de 421 pymes industriales indicó producción cayó un 10% en el cuarto trimestre del año pasado, mientras que el empleo bajó un 6% en el mismo período.

Las pymes relevadas identificaron como uno de los principales problemas que los llevó a esta situación la sostenibilidad de la demanda, un 66% marcó la caída de las ventas como un problema frente al 62% declarado en el tercer trimestre.

Por otro lado, el 54% señaló preocupación por el aumento de los costos salariales y el 28% la reducción del mercado a causa de las importaciones.

En paralelo, se dio una pérdida de rentabilidad del sector, ya que «el 90% experimentó subas en sus costos, pero sólo el 43% aumentó los precios».

«Una proporción de empresas cada vez mayor reduce o mantiene los precios de venta en busca
de colocar stocks. Esta situación es doblemente perjudicial, se incrementó el costo salarial mientras
que los salarios crecen por debajo del IPC», indicó el trabajo de Observatorio Pyme.

Expectativas para 2025

En cuanto a las expectativas para este año, más del 50% de las empresas señalaron que la debilidad de la demanda, los costos de producción y la apertura de importaciones podrían afectar su desempeño en 2025.

«Hay diferencias sectoriales, la falta de demanda prolifera en sectores como textil y muebles mientras que
la apertura de importaciones preocupa más en los sectores químico y plástico», apuntó el informe.

Por el lado de las expectativas de producción, se mantiene un panorama fragmentado y complejo, el 47% cree que aumentará la producción, mientras que un 53% de las empresas cree que disminuirá o no habrá
variaciones.

En ventas al mercado interno se da una situación similar, ya que el 51% prevé un aumento mientras el 49% prevé estabilidad o disminuciones.

En inversiones, solo el 34% de las empresas que invierten tiene expectativa de aumento, mientras que en ocupación, apenas el 16% de las empresas consideró que aumentará.

La «amenaza importadora» merece un capítulo especial en la encuesta, ya que las pymes manufactureras «se enfrentan a un shock competitivo generado por el proceso de apreciación cambiaria (consecuencia no deseada de la estabilización), la apertura importadora (desregulación del comercio exterior) y las medidas que promueven importaciones (rebaja de impuestos para la importación) que no son acompañadas por los mismos incentivos para la producción».

«Este panorama alerta sobre el proceso de destrucción de empleo y la pérdida de capacidades productivas», concluyó el trabajo.