El experto en comercio exterior, que fue observador internacional en las elecciones de Estados Unidos y vivió de cerca el origen de la guerra comercial, analizó las opciones que tiene Argentina en el contexto global actual.
La incertidumbre de un esquema mundial en transición afecta las relaciones internacionales y pone a todos los países en una posición de espera. De esta manera lo entiende Miguel Ponce, especialista en economía y comercio exterior, quien además considera que el Gobierno nacional no hace una lectura adecuada de la realidad. “Debería desideologizar los vínculos diplomáticos para no perjudicar las relaciones comerciales”, afirmó.
“Hemos visto que el escalamiento de la guerra comercial ya comienza a cuantificarse. Wall Street cayó haciendo perder a las empresas, pero también a los particulares. En Estados Unidos no se ahorra en dólares, sino en acciones de las empresas. La gente vio cómo sus ahorros perdían valor y como en paralelo subían los precios, porque los aranceles lógicamente son inflacionarios”, así comenzó el relato del economista.
La sombra de la depresión se asoma sobre las finanzas norteamericanas según los analistas que recomiendan mirar más allá de la caída del PBI y del enfriamiento de la actividad. “Muchos exportadores adelantaron sus compras a otros países y generaron el inicio de la recesión. Se trata de una diferencia monstruosa, record diría, entre las importaciones y las exportaciones, es decir, la balanza comercial se agravó”, señaló Ponce.
El escenario económico sobre el que se para hoy la gestión del mandatario republicano también se evidencia en la incertidumbre que rodea a su Reserva Federal (FED), según el especialista. El organismo se debate entre continuar con la política de mantener las tasas de interés a la baja o empezar a subirlas, con todo lo que eso implica para la llegada de inversiones al país.
“Hay un verdadero tsunami en los Estados Unidos. Eso hace que Trump se transforme en el presidente con el nivel más bajo de adhesión en sus primeros 100 días. Ha caído brutalmente en la consideración de sus seguidores y del público en general, provocando una situación política preocupante”, recalcó el experto que en su calidad de tal participó como consultor internacional para la consultora Comex, en las últimas elecciones norteamericanas.
Mantener la tercera posición
Miguel Ponce ve cómo el universo conocido en términos comerciales está dejando de existir. “Ese mundo de las cadenas largas de valor y suministros con eslabones en diversos países ha quedado en el pasado. Estamos empezando a vivir una transición hacia un nuevo equilibrio que todavía desconocemos”, describió en su conversación con País Productivo.
“En ese marco, Argentina debería reforzar las representaciones en cancillería, en lugar de estar con este alineamiento casi automático y a veces hasta bobo con Estados Unidos e Israel”, recomendó el especialista que insistió en la necesidad de proteger los vínculos con los principales socios económicos.
Desde el punto de vista del entendido en comercio exterior, la lógica de otras economías mundiales es la de mantener una tercera posición y esperar. Representantes de Japón y la Unión Europea plantean que no se los puede obligar a elegir entre China y Estados Unidos, cuando en realidad están buscando colocar sus productos en todos los mercados del mundo.
“Como diría Cerati, hasta que pase el temblor, tenemos que actuar con una mesura, equilibrio y responsabilidad que hoy todavía no estamos viendo. De hecho, el área de negociaciones internacionales no se ha llenado. No tenemos profesionales que podrían estar estudiando los distintos escenarios, porque incluso en situaciones de crisis empiezan a aparecer oportunidades y amenazas”, advirtió Ponce.
Su lectura de la realidad global lo hace vislumbrar una veta comercial no solo para Argentina, sino para los miembros del Mercosur, encabezados por Brasil. “Se podría avanzar en la exportaciones de granos y carne. China le va a comprar menos a Estados Unidos como medida de retailación a los aranceles”, profundizó.
Aunque, automáticamente, apareció un peligro en el discurso del experto: el stock sobrante que el gigante oriental no podrá colocar en el mercado norteamericano. “Van a buscar otras latitudes, en especial Argentina que está bajando sus aranceles. En lo que va del año se ha duplicado la llegada de productos provenientes desde allí, imaginémonos si esto continúa escalando”, sentenció.
“Hay que ser muy responsables en el manejo de nuestras alianzas, en el manejo de nuestras negociaciones, evitar cerrar la puerta a vecinos, sobre todo a nuestros principales socios comerciales, Brasil y China. Tenemos que buscar la forma de mantener una relación adulta con ellos”, agregó el especialista y recordó que el mercado carioca es el destino del 80% de la producción de pymes nacionales.
Fuera del camino correcto
Ponce aseguró que ninguno de los países miembros del bloque regional está satisfecho con la forma en la cual está funcionando. Pero más allá del descontento, la intención de forjar una alianza sigue intacta: “La mayoría de ellos y todos los que venimos desde hace años bregando por la integración tenemos un lema: “Los males del Mercosur, se curan con más Mercosur y no con menos”, recalcó.
“Esa hipótesis de salir a armar tratados de libre comercio unilaterales como había planteado el presidente es una utopía; es una fantasía que ni siquiera Estados Unidos está pensando, ni llegó a considerar. De hecho ellos están buscando sustituir importaciones por producción nacional y nosotros estamos exactamente en el camino inverso”, añadió a su relato el entrevistado.
Entre sus preocupaciones está la posibilidad de que el país tome como propio un debate que no le pertenece. “El alineamiento que está planeando Estados Unidos -Bukele, Noboa, Milei- tiene como objetivo esencial frenar la influencia de China en la región. Ya lo han logrado en el canal de Panamá y en otros lugares”, ahondó con intranquilidad.
“Trump está jerarquizando a la Argentina en un juego estratégico. Creo que nosotros no deberíamos comprar esa pelea que no es nuestra, sino que deberíamos priorizar la diplomacia, particularmente la diplomacia comercial, desideologizado nuestros vínculos”, insistió.
Según Ponce, la responsabilidad recae sobre una gestión que no encuentra el rumbo adecuado a la realidad. “La mediocridad de nuestra dirigencia no está a la altura, ni está leyendo lo que ocurre a nivel mundial. También me sorprende que muchos de esos actores que son los abanderados de la producción estén aplaudiendo formas y políticas que alguna de ellas van en contra de sus intereses”, sostuvo.
“¿Que ha hecho el Gobierno para bajar los intereses del aluminio o del acero? ¿Qué está haciendo para la defensa de las economías regionales?”, se preguntó el entrevistado y agregó: “En aras de una situación de no inteligencia, ni prudencia en las elecciones, no estamos encontrando el mejor de los caminos. Deberíamos aferrarnos a la política de reducción de daños sobre todo si no encontramos el rumbo rápidamente”, sentenció.
En medio del recelo por la actitud del oficialismo, el economista rescató una iniciativa positiva. “En estos días se conocieron medidas para la exportación de la producción, no solo de las pyme, sino de las empresas grandes. Tenemos que apuntalar eso. El saldo comercial del año pasado, hoy está en peligro. Nadie cree que vayámonos a tener ese mismo resultado e incluso, algunos tenemos temor de que haya déficit comercial”, planetó.
Tal vez esa luz de raciocinio en el accionar del Ejecutivo motivó a Miguel Ponce a terminar la conversación con una frase de reflexión y llamado a la coherencia: “Una crisis inédita como la que vivimos solamente puede ser resuelta si somos capaces de encontrar soluciones inéditas y aquí estamos repitiendo algunos alineamientos del pasado”.