La Central Nuclear Atucha II retornó a servicio y volvió a entregar energía a la red eléctrica, tras finalizar con éxito un proceso de reparación sin precedentes en el mundo que contó con el aporte de las pymes proveedoras de la muy especializada industria nuclear.
La intervención en el reactor se llevó a cabo utilizando herramientas y procedimientos de ingeniería diseñados y fabricados íntegramente en el país, un hecho posible gracias a las capacidades de Nucleoeléctrica y el apoyo de la Secretaría de Energía, la CNEA, el sector nuclear argentino y proveedores nacionales.
La solución implementada por Nucleoeléctrica Argentina permitió reparar la central de forma remota sin necesidad de desarmar el reactor, como se recomendaba en el diseñador original de la central, lo que permitió acortar los plazos de reparación de cuatro años a diez meses.
La concreción de este desafío no solamente marca un nuevo hito para la industria nuclear argentina, sino que también confirma las capacidades científico-tecnológicas del país para llevar adelante proyectos complejos de ingeniería. De esta manera, la experiencia adquirida por Nucleoeléctrica en esta reparación permitirá al país exportar conocimiento y herramientas para el uso en otras centrales nucleares del mundo.
Evento y detección del desperfecto
Durante las inspecciones de rutina realizadas en el mes de octubre del 2022 en el reactor de Atucha II, personal de la empresa detectó que uno de los cuatro separadores internos del reactor se había desprendido y desplazado de su lugar de diseño, situación que requiere una intervención directa para su reparación.
Luego de detectar la falla, se creó un equipo interdisciplinario con personal de la empresa, y mediante estudios mecánicos, hidráulicos y el análisis documental, se realizó un diagnóstico de la situación. Como resultado de este proceso, se decidió realizar la extracción del separador y se comenzó a trabajar en el uso de métodos de ingeniería de última generación para la implementación de herramientas robóticas y tecnológicas que permitan optimizar los tiempos de reparación.
Desde la identificación del desperfecto, la planta se mantuvo en parada, sin riesgo alguno para el personal, la población o el medioambiente.