En el inicio de la tercera temporada de Modelo para armar, el exministro de economía analizó la realidad que atraviesa el país y planteó los puntos principales que debería tener una planificación de crecimiento adaptada a las necesidades de la población.
“Argentina puede ser un país desarrollado si tiene una población con altos niveles de educación -capital humano- y una estructura productiva con un buen grado de complejidad”. Con esta frase esperanzadora inició el diálogo con País Productivo Martín Guzmán, economista y exministro de Economía de la Nación. Desde una perspectiva especializada, durante la entrevista con Leandro Mora Alfonsín en el segmento Modelo para armar, sugirió la importancia de proponer a los argentinos un modelo que sea representativo de “nuestra gente”.
El magíster en Economía y docente universitario reconoció que el camino de crecimiento no es fácil de recorrer, pero señaló que no es imposible. “Somos un país de 46 millones de habitantes, es una escala mediana, pero que tiene sectores con potencial para crecer mucho”, sostuvo mientras explicaba que uno de los pilares fundamentales para salir de la crisis sostenida es la profesionalización de la población.
“En resumen, tenemos un desafío educativo y uno productivo. Todo eso va acompañado de lo macroeconómico, porque sin estabilidad es prácticamente imposible desarrollarse, no solo por un tema de inversión física, sino por la evolución del personal. La inestabilidad destruye al capital humano”, insistió el ex funcionario. Pero el reto que debe enfrentar el país no es solo de formación, en la otra cara de la moneda del desarrollo aparece el impulso de la industria.
El esfuerzo del Estado tiene que enfocarse en los sectores más vulnerables, según las palabras de Guzmán para generar una base de desarrollo sólida y sostenida. “Cuando vos tenes chicas y chicos que crecen en condiciones y que no son aptas para poder acceder a la educación de calidad, donde la vivienda es mala y hay un nivel de violencia social, porque los papás no tienen trabajo o viven con recursos muy bajos, eso destruye la creación de profesionales en segmentos grandes del país”, aseguró.
La relevancia de la educación no solo habita en el análisis teórico de la problemática que hace el economista, sino que en la realidad se ven los ejemplos y el entrevistado no duda en mostrarlos. “Al fin y al cabo las sociedades que se desarrollan son aquellas que aprenden y la pregunta para Argentina es ¿cómo podemos convertirnos en una población que aprende?”, remarcó y agregó que esta formación no debe ser solo un privilegio de una parte de los ciudadanos.
A grandes rasgos el ex ministro de Economía dividió a los argentinos en dos segmentos: los vencedores, que son los profesionales que se beneficiaron de la globalización y los vencidos, aquellos que no tuvieron la oportunidad de acceder a un entrenamiento o formación. “En el mundo occidental se ven las consecuencias políticas de la existencia de un gran grupo de ganadores y un gran grupo de perdedores”, reflexionó.
De esa explicación surgió la propuesta de Guzmán de trabajar para que una fracción mayor de personas pueda formar parte de la clase profesionalizada. Según su opinión, el desafío también es cultural: “Si tengo que hablar con alguien de 13 años, el mensaje fuerte tiene que ser que lo más importante es la educación, por el hecho de que los trabajos que no son tan intensivos en capital humano son más fácilmente reemplazables”, concluyó.
“Argentina necesita una revolución de la educación. Me gustaría escuchar en las campañas electorales mucho más sobre programas para mejorar la estructura socio demográfica del país a partir de la capacitación. No hay desarrollo en ningún lugar del mundo sin un desarrollo de este punto”, añadió.
Junto con la profesionalización, el impulso de una estructura de producción diversificada, sofisticada y con valor agregado gestan una fórmula imbatible para el entrevistado. “Son palabras viejas, pero siguen siendo super importantes. Son el centro neurálgico de los procesos de desarrollo. Hoy los países que logran construir una ventaja sostenida con respecto a los otros, son los que acumulan saber y a su vez generan infraestructura. Parece viejo, pero es recontra moderno y está presente en la economía mundial”, resaltó.
Inversión nacional
“Desde la macro la estabilidad es condición esencial, pero necesitas también que la gente experimente niveles de inversión más altos”, explicó Guzmán para empezar a hablar sobre la financiación del desarrollo y la esperanza en un porvenir prometedor aparece en su discurso como una diferencia fundamental entre los que tienen grandes chances superar el desafío del crecimiento y los que se quedan en el camino.
“En China o India no encontrás gente que no esté pensando que el futuro va a ser mejor. La expectativa que prevalece en esos lugares es que lo bueno está por venir. No pasa lo mismo en Estados Unidos o en Europa, ahí tenes segmentos grandes de la población que tuvieron un pasado mejor. Eso genera desesperanza y problemas políticos”, profundizó el entrevistado.
La clave está en lo que esas sociedades que ven lo que está por venir con ojos de optimismo pudieron conseguir. “Donde hay una esperanza de futuro se logró mucho en cuanto a conocimiento. Transformaron sus estructuras socio demográficas, los niveles de educación al mismo tiempo en que los niveles de sofisticación de esas economías se incrementaron”, detalló el ex ministro.
Aunque el desarrollo no solo depende del optimismo, sino que necesita de una macroeconomía que haga las veces de tierra fértil para gestar el crecimiento. El especialista habló, entonces, de la inversión -que puede ser local o llegar del extranjero-, pero que es imprescindible.
Si bien desmitifica la idea de una dicotomía entre estas dos formas de conseguir apoyo económico y asegura que ambas pueden coexistir, le quita peso a la promesa de la lluvia de dinero que puede llegar a venir de afuera. “Es muy raro que llegue financiamiento externo. Los mercados extranjeros son procíclicos, te dan cuando menos la necesitas y cuando más te ruge, te la sacan”, dijo.
“El financiamiento para el desarrollo no está en el extranjero, sino que tiene que salir de la Argentina, porque tiene los recursos”, recomendó Guzmán que insistió en que para lograr todos estos objetivos tiene que haber “un mañana más previsible”. Con esta solidez, será mucho más fácil que los ahorros que genera la sociedad argentina se generen en el país y no conformen activos extranjeros”, así lo entiende el entrevistado.
Crisis de modelos
“El tema es político. Hoy hay una crisis en el sentido de las opciones, Hay un Gobierno en Argentina que le presenta una alternativa al país que, según creo, de ninguna forma va a resultar en prosperidad; no está resultando. Y hay otras propuestas que están agotadas. Lo que no hay es un modelo de representación de lo que es nuestra gente”, sostuvo el ex ministro para empezar a hablar sobre lo que obstaculiza el crecimiento nacional.
Desde su punto de vista, uno de los principales aspectos que quedan fuera de los análisis que realizan economistas y funcionarios es el nuevo escenario en el que se desarrolla el universo del trabajo. Es importante para el entrevistado entender lo que está sucediendo en la actualidad a la hora de plantear una salida de la crisis.
“Hoy es muy diferente la situación del trabajo a lo que era cuando surgió el peronismo. De la población económicamente activa el 6% o 7% está desempleada. Más del 40 %, cercano al 45 %, está en relación informal y alrededor del 30% tiene un trabajo formal en relación de dependencia y el resto es monotributista, cuentapropista con un nivel de precarización”, describió Guzmán.
Este esquema laboral genera “conflictos distintos de los que había hace 6, 7 o 3 décadas” entre estos segmentos, así lo entiende el especialista que aseguró que entre las ofertas que hacen los partidos políticos “no hay es un modelo articulado que le genere esperanza a esos trabajadores de que van a vivir mejor”.
El breve análisis del escenario lo llevó nuevamente al punto de la formación. “Al fin y al cabo, la clave para quienes nacen en Argentina es tener las condiciones iniciales mínimas para poder acceder a una educación de calidad. Lo segundo es que podamos utilizar eso bien para tener una estructura productiva que reúna más oportunidades en el país y no para afuera”, reclamó.
“Con este Gobierno, tenemos este plan que no genera prosperidad. Mucha gente se está dando cuenta de que no está mejor y cae la tasa de participación en las elecciones. Esto tiene que ver con esta falta de representación. Lo que falta es una alternativa y no es un tema de personas, es un tema de modelo; eso es lo que se necesita en Argentina”, cerró Martín Guzmán.