Desde Ginebra, el economista que integra la Confederación Sindical Internacional advirtió sobre «la situación de fragilidad» de Argentina en el actual contexto global.
Dentro de la Casa Rosada se brinda por la llegada del rescate que envió el Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras el eje de la actividad económica se aleja de la producción y la generación de empleo de calidad. Una macroeconomía ordenada, pero alejada del pueblo, podría desencadenar un desenlace poco feliz para el gobierno de Javier Milei, según el economista Daniel Kostzer.
En diálogo con País Productivo Radio, el miembro de la Confederación Sindical Internacional señaló: “Esto es, como dicen en Chile, ‘empujar con la guata’. Estamos en una situación de fragilidad a pesar de la algarabía del gobierno. Es necesario pensar en una transformación profunda”.
El entrevistado hizo notar que el Ejecutivo recibió fondos nuevos con la expectativa de generar una dosis de confianza, pero no alcanzó del todo la meta. “Del otro lado vemos que los exportadores no quieren declarar sus despachos como para aguantar hasta que haya una devaluación más significativa, incluso con la baja de retenciones», profundizó el economista.
Radicado por su trabajo en Ginebra, Suiza, el experto observa que nuestro país vive un proceso de desindustrialización y de polarización “entre unos pocos que ganan mucho y que se alejan de los muchos que ganan cada vez menos”. Resalta que esta circunstancia empeora si se tiene en cuenta que las personas de ingresos más bajos forman un bloque tan heterogéneo que dificulta la intervención de la política.
El contexto se vuelve más sinuoso con los rulos financieros como el carry trade, que según muchos especialistas encuentra en la fase 3 del plan económico libertario su caldo de cultivo. “Están llevando a la Argentina a lugares que ya conoció durante la dictadura, la época menemista y en el interregno frustrado que tuvo Macri y que dejó esta herencia horrible”, aseguró Kostzer.
El economista reconoce que la gestión de Alberto Fernández intentó conducir el país en las condiciones en que lo dejó el gobierno de Cambiemos/Juntos por el Cambio, aunque el ensayo fue infructuoso. “Ahora estamos con esta especie de aprendiz de brujo que no habla de producción, ni de empleo, ni de crecimiento en el sentido más explícito. Encima repudia la solidaridad y la justicia social. Es alarmante”, agregó en alusión a Milei.
El hilo se corta por lo social
“El proceso de polarización implica, en concreto, terminar con la ascendencia o movilidad social ascendente que caracterizó a nuestro país durante mucho tiempo, incluso con la dictadura y el menemismo”, respondió Kostzer a la pregunta sobre la disminución de la clase media argentina.
En medio de la conversación recordó que su colega Emmanuel Alvarez Agis dijo que “los gobiernos populistas de izquierda reparten pesos a la gente y los gobiernos populistas de derecha reparten dólares a unos pocos. De alguna manera los argentinos estamos presenciando esto”, aseguró.
La deuda con el FMI se sube al escenario de fragilidad y, según el experto, la dificultad de renegociar términos y reestructurar pagos será una forma de presión que obligará a la gestión libertaria a tomar decisiones buenas en lo inmediato, pero caras a mediano plazo. “Siempre generan algún problema político”, agregó.
La reconfiguración del mapa económico mundial también influye en la tensión que debe afrontar Argentina y que el Ejecutivo no lee con claridad, según entendió el entrevistado. “Nos estamos sumando a un bloque a causa del embelesamiento que tiene el presidente con Donald Trump y su séquito. No tomamos las medidas que nos permitirían generar cierta autonomía”, reflexionó.
“La creciente concentración del poder económico, del ingreso hace que sea cada vez más difícil sentarse a negociar con ciertos actores”, señaló como otra de las puntas de un desenlace que no parece prometedor para el líder libertario. “Más allá de la factibilidad financiera, el límite de este modelo está dado por lo social y por lo político, así como tuvo el límite la dictadura (1976-1983)”, sentenció Kostzer.
Crisis del sistema
“Seamos realistas y francos: la democracia le ha dado muy poco a la gente que hoy tiene 35, 40 años. No les ha dado casi nada. Nosotros, la generación mayor, hemos aprendido por la dictadura que la democracia era la diferencia entre la vida y la muerte, como decía Raúl Alfonsín”, así empezó el relato de Kostzer sobre este punto que ya no es novedad en el debate político.
En parte, explicó el economista, esto es la consecuencia de la incapacidad de trasladar a los jóvenes ciertos valores, como la idea de generar estabilidad y desarrollo a partir de la obtención de título universitario. “Los chicos están cada vez más dispuestos a irse del país a buscar oportunidades u optar por alternativas que le generen un ingreso para el corto plazo”, se lamentó.
“Pero no es solo un problema argentino, está pasando en muchos lugares del mundo”, afirmó el entrevistado. En su análisis subrayó que las nuevas generaciones no pueden aspirar a tener su casa y viven con los padres hasta edades avanzadas. Esto implica la degradación de las relaciones humanas y la pérdida de intimidad, entre otras cosas.
“Hay que convencerlos de seguir estudiando. Modificar los métodos de enseñanza y la forma en la que se encara el desempeño de los aprendices o pasantes para restituir una legalidad universitaria, educativa y laboral, lo que antes se llamaba la cultura del trabajo”, reclamó Kostzer.
Y si se habla de política y democracia, no puede faltar la referencia al momento que atraviesa el movimiento peronista. “Después del fracaso del gobierno de Alberto Fernández, que derivó en que hoy tengamos a esta especie de caricatura de presidente, el campo nacional y popular está tratando de buscar su identidad y su narrativa”, afirmó.
Luego, hizo referencia a la realidad que vive el progresismo a nivel mundial y señaló que un gran obstáculo tiene que ver con el hecho de que los poderosos lo son cada vez más y son menos en cantidad.
“No se sabe cómo reaccionar a esas cosas. Cuando conseguimos todas las respuestas nos cambiaron todas las preguntas”, se animó a bromear el experto. “Cosas que antes eran muy obvias hoy se están cuestionando de un modo en el cual nos cuesta reaccionar”, cerró.