El Banco Argentino de Desarrollo BICE desembolsó $50.000 millones en el primer semestre para el fomento de la producción nacional. Los créditos para inversiones productivas aumentaron más del 40% (ajustado por inflación) con relación al mismo período del 2022 y el 80% de los proyectos financiados contaron con bonificación de tasa del Programa Crédito Argentino CreAr del Ministerio de Economía.

La cantidad de pymes asistidas tuvieron un crecimiento del 50% durante los primeros seis meses del año en comparación también con el primer semestre de 2022. Y se profundizó la federalización del financiamiento, con casi el 60% de los clientes localizados fuera del área metropolitana.

Así, los desembolsos en este período ascendieron a casi $50.000 millones (ajustado por inflación), lo que marca un incremento del 15% con respecto el mismo período del 2022. Del total del financiamiento, un 54% tuvo como destino proyectos de inversión productiva, el 20% fue para operaciones de comercio exterior (exportaciones) y el monto restante distribuido entre líneas de capital de trabajo, operaciones de segundo piso y mercado de capitales.

Según el informe de BICE, los créditos para proyectos de inversión -que tienen un plazo promedio de 5 años- se incrementaron 41% respecto al primer semestre de 2022. También creció el apoyo a la compra de bienes de capital de las empresas a través de la modalidad de leasing, que marcó un aumento de 26% en la misma comparación.

Otro dato que surge del análisis revela que el 80% de las inversiones financiadas por el banco generan nuevos empleos y de calidad.

“El crecimiento en los préstamos para proyectos de inversión se explica fundamentalmente por la excelente colocación de la línea CreAr para pymes. Fuimos uno de los primeros bancos en implementar esos préstamos y hoy estamos ampliando el cupo en $25.000 millones gracias al trabajo coordinado con a Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo y el Ministerio de Economía”, afirmó el presidente de BICE, Mariano de Miguel.

Sectores en crecimiento

En cuanto a las actividades económicas más financiadas en el semestre, se encuentran la agroindustria, la elaboración de alimentos y bebidas, construcción y metalurgia. En lo que se refiere a la ubicación de las empresas se observa una distribución más atomizada de los desembolsos y los clientes, con mayor participación de las regiones del interior del país. Además, el 94% de las empresas alcanzadas pertenece al segmento pyme.

La decisión de reorientar a BICE a la producción y las pymes fue acompañada por una estrategia para sanear a la institución, con finanzas sólidas y sostenibles. En ese sentido, la actual gestión logró restablecer el equilibrio financiero y obtener resultados positivos.

Hoy el banco cuenta con un ratio de incobrabilidad de 1,75% (mayo) versus el 8% que registraba al cierre de 2019.

Además, se agilizó la operatoria de aprobación de los créditos para mejorar la asistencia a las empresas. El proceso crediticio pasó de 72 días a 34 días promedio. También se profundizaron herramientas y procesos con foco en la atención al cliente. BICE logró este año la renovación por parte de IRAM de la certificación de su Sistema de Gestión de Calidad ISO 9001 basado en estándares internacionales.