(Redacción País Productivo) La tregua va dando paso a una suerte de acuerdo comercial entre Estados Unidos y China. Por lo menos, así descanta de la reunión que mantuvieron en Corea del Sur el presidente norteamericano, Doald Trump, , y su par asiático, Xi Jinping.

En la ciudad costera de Busan, ambos mandatarios mantuvieron un encuentro de casi dos horas, en el cual se discutieron las bases de un acuerdo comercial, que permita una rebaja recíproca de aranceles y normalice el comercio entre ambas nacionales.

Segpun comentó Trump, se llegó a cierto acercamiento en dos cuestiones claves: comercio agrícola y de tierras raras.

“Creo que fue una reunión increíble», resumió Trump, al mismo tiempo que aduló a Jinping, considerándolo «un tremendo líder».

Tras esa muestra de respeto, Trump anunció lo que el campo estadouidense quería escuchar: que China volverá a comprar soja estadounidense, más allá de la adquisición de 180.000 toneladas en la previa.

Según Trump, China va “a comprar grandes cantidades, enormes cantidades de soja y otros productos agrícolas de forma inmediata”, afirmación que no causó ninguna gracias en Argentina y Brasil, ya que popr la guerra comercial, el gigante asiático había virado sus compras hacia Sudamérica.

En el caso de las tierras raras, esenciales para industrias como la defensa y la tecnología, Trump precisó que se firmó un pacto prorrogable de un año para garantizar el suministro por parte de China, la cual suspenderá algunas restricciones para su comercialización al país norteamericano.

Además, aseguró que Pekín comenzará a comprar energía estadounidense, probablemente petróleo y gas de Alaska, aunque ese acuerdo todavía debe ser diseñado y concensuado.

Pero, a manera de retribución, Trump decidió reducir a la mitad los aranceles impuestos a la importación de fentanilo chino, algo que puede ser leído como una contradicción en su «lucha» contra las drogas en su país.