El subsecretario de Políticas Culturales porteño destacó la importancia de las industrias culturales en términos de generación de empleo y divisas. Además, cuestionó los ataques de Milei a los artistas.

El subsecretario de Políticas Culturales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Roy Cortina, consideró que las permanentes agresiones del presidente Javier Milei a los artistas son como “pegarse un tiro en el pie” y puso de relieve el rol estratégico de la cultura como generadora de puestos de trabajo y de dólares que la economía doméstica necesita.

“Sería un avance que en Argentina volvamos a tener pluralidad, que un artista tenga la libertad de expresarse. Hay que entender que la cultura es también economía. Es una actividad no contaminante que posibilita que las sociedades puedan salir adelante. Hoy las industrias creativas están cuartas después del agro, la energía y la minería. Además, producen empleo”, señaló el funcionario porteño en conversación con País Productivo.

En referencia al reciente acto de censura que sufrió el cantante Milo J, a quien le impidieron brindar un recital en la ex ESMA, Cortina advirtió: “Un gobierno democrático no cae con la policía y suspende un espectáculo gratuito por el prejuicio que tiene el Presidente con los temas de derechos humanos. Eso nos daña como país, nos daña económicamente y daña el corazón”.

“Los artistas jóvenes tienen mucha creatividad y están en las principales listas de Spotify, pero terminan siendo blanco de Javier Milei, como María Becerra y Lali Espósito. Hay toda una industria alrededor de ellos que genera empleo. Además, pagan impuestos y traen divisas”, insistió Cortina.

Según el subsecretario, el Ejecutivo Nacional pierde de vista un detalle fundamental al no tener en cuenta la necesidad de mantener el patrimonio nacional y atraer la llegada de extranjeros. “El turismo está vinculado a la cultura, Mi sensación es que escasean neuronas para pensar en cómo promocionar las visitas a la Argentina”, sentenció.

Agregó que las medidas de ajuste y la política monetaria tuvieron un impacto negativo sobre las industrias culturales. “La crisis se nota. Los números no engañan. El tipo de cambio y la situación económica han hecho que sean los argentinos los que viajen y vengan menos visitantes”, se lamentó.

El rol del Estado y la batalla cultural

Un aspecto que decidió remarcar Roy Cortina fue la necesidad de un Poder Ejecutivo Nacional que impulse las producciones artísticas locales. “El Gobierno tiene que intervenir, no desfinanciar la cultura. Que Buenos Aires o cualquier otra región del país pueda ser un set natural es algo que no entienden los que hacen economía”, afirmó.

Desde su forma de ver las cosas, debería haber medidas oficiales que sean un “combo entre subsidios, exención de impuestos y acciones que por lo general los Estados no realizan. Pero no es solo pagar”, sostuvo y explicó que es fundamental poner en valor patrimonios como los bares notables o las bibliotecas e impulsar leyes que fomenten la protección de estos espacios.

La cultura nacional ocupa un lugar de privilegio a nivel mundial, según Cortina. “Si sumás el teatro comercial con el independiente, Buenos Aires es solo superada por Londres y París. Los especialistas vienen acá y se asombran. El teatro independiente es un semillero, te lo dicen los artistas y los empresarios. Muchos actores consagrados se formaron en salas para cincuenta personas”, señaló.

En ese sentido, el funcionario se lamentó por la postura destructiva que adoptó la gestión libertaria. “El Gobierno habla de una ‘batalla cultural’. Hay una contradicción en esta frase, porque en el mundo en el que vivimos se necesita una mirada plural y democrática de todas las expresiones que están entrelazadas”, dijo y recalcó que la forma de tratar a los artistas que adoptó el Ejecutivo pone a la cultura nacional en un lugar difícil.

“Si hay una empresa del Estado que funciona bien, ¿por qué la querés privatizar?, ¿no podés tener más imaginación? Quedate con la acción de oro y traé capitales para tecnificar y mejorar. Con la cultura es lo mismo: tenemos grandes posibilidades, pero es como la naturaleza, la tenés que regar y cuidar para que puedan florecer distintas variantes”, reclamó.

“La Argentina se vende sola a los ojos y a los sentidos, pero hay que atraer turistas. Con las redes sociales, para llegar al mundo no necesitás viajar. En todo eso el Estado es torpe, no solo acá, creo que hay una crisis en todo el mundo. En este proceso la clave es escuchar y acompañar. La gente quiere ser escuchada”, concluyó.