El economista consideró que la política monetaria, el escenario económico internacional y la enorme presión tributaria que afecta a la industria local ponen jaque la competitividad de los productos nacionales en el mundo.
Uno de los desafíos que enfrenta la gestión de Javier Milei es el de establecer una política que permita a la Argentina posicionarse en el mercado internacional; un reclamo constante del sector industrial. País Productivo entrevistó a Ricardo Delgado, presidente de la consultora Analytica, para profundizar sobre las posibilidades de conseguir esta meta. El economista aseguró que el único camino es bajar los impuestos que pagan las empresas.
“Los argentinos tenemos que aprender que pidiendo una devaluación no vamos a resolver nuestros problemas. El punto es adecuar la carga tributaria para ponernos en línea con los países que compiten con nosotros. Uno no gana competitividad quitándole valor a su moneda, al contrario. El Gobierno va a tener que pensar una estrategia para reducir la presión impositiva”, recalcó.
Si bien el rumbo a seguir se ve fácilmente desde la perspectiva que plantea el especialista, en la realidad no parece haber un plan concreto. “Todavía no tengo claro cuál es la política para mejorar la competitividad”, señaló Delgado. Además, puso la responsabilidad de dar el primer paso en cabeza de la administración nacional y aseguró que “si no lo hace será muy difícil que las provincias y los municipios empiecen a pensar en un nuevo consenso fiscal”.
De la suerte que corra la industria argentina, no solo depende el avance del sector, sino que su actividad impacta sobre otros aspectos de la economía. “No hay condiciones objetivas para levantar el cepo, porque no hay dólares. Hoy hay una enorme cantidad de pesos ‘encepados’ que no pueden dolarizarse libremente. Puede llegar algo de los organismos, pero no va a ser suficiente”, afirmó el economista.
Según su criterio, el círculo siempre gira en torno a la necesidad de conseguir divisas y al rol de Argentina en el comercio exterior como fuente genuina de este recurso. “Yo no veo que haya una crisis inminente, pero hay que fortalecer las reservas del Banco Central. Se necesita un acuerdo con el Fondo Monetario y una política que promueva las exportaciones”, sentenció el analista.
Este escenario se complica cuando se conjugan la falta de una idea clara para impulsar la venta de productos nacionales, el camino adoptado en el mercado de divisas y el contexto intencional. “Hay un efecto complejo con relación al fortalecimiento del dólar y la estrategia cambiaria que se está siguiendo, por eso hay que monitorearla de alguna manera. Hay un evento externo que ha complicado el proyecto del Gobierno.
Delgado hace referencia a la situación de “guerra arancelaria” que se planteó entre Estados Unidos y China, principalmente. La implementación de medidas proteccionistas de estas economías cierra el mercado para las manufacturas locales y complica el ingreso de dólares. “A Argentina le conviene un comercio lo más libre posible, porque está en condiciones de exportar lo que el mundo necesita”, aseguró el titular de Analytica.
“Tenes un impacto desde el punto de comercial, de producción y financiero”, remarcó para resumir una explicación engorrosa sobre las dificultades que se enfrentan. “Si la economía se cierra, crece la inflación. La Reserva Federal norteamericana sube la tasa de interés y los fondos de inversión que llegan a naciones emergentes buscan refugio en una economía más sólida. Esto también desfavorece al país”, profundizó el experto.
“A partir de febrero, el Gobierno decidió no devaluar más el 2% mensual, sino bajar al 1%, así se fortalece el peso. Si además el dólar se hace fuerte, Argentina se va encareciendo con relación a la producción de Brasil, de Chile, de Paraguay y de Uruguay, eso no es una buena noticia porque los productos argentinos”, concluyó Delgado.
