Las lluvias llegaron demasiado tarde para el trigo. Tal es así, que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) recortó hoy la estimación de producción del cereal en 800.000 toneladas respecto a su anterior proyección, y pasó de esperarse unas 16,2 millones de toneladas a 15,4 millones de toneladas, como consecuencia del impacto de las heladas y la falta de precipitaciones que sufrió el cultivo en las últimas semanas.
En este sentido, la BCBA marcó que «pese a la llegada de las lluvias en las últimas semanas, el aporte de las mismas no logra compensar los daños producidos por las heladas y por la sequía que atravesó el ciclo del cultivo durante los meses de invierno».
De esta manera, este nuevo guarismo queda 1,1 millones de toneladas por debajo de lo esperado al principio de la campaña (16,5 millones de toneladas), pero 3,2 millones por encima de las 12,2 millones de toneladas obtenidas en el ciclo 2022/23.
No obstante, la Bolsa porteña aclaró que «dado que varias zonas bajo análisis aún no terminan de evaluar los daños producidos, sumado a que los pronósticos alertarían nuevos eventos de bajas temperaturas, no se descartan futuros ajustes en las próximas semanas».
A la fecha, la cosecha de trigo ya cubrió el 9,3 % del área apta, con un rinde promedio nacional que se ubicó en 11 quintales por hectárea (qq/ha), acumulando a la fecha una producción total nacional de 595.000 toneladas.
Girasol
En paralelo, la entidad bursátil también recortó la estimación de siembra de girasol en 100.000 hectáreas hasta las 1,85 millones de hectáreas ante «la imposibilidad de cumplir con los planteos originales de siembra por la falta de humedad en el centro y norte del área agrícola y las bajas temperaturas que demoraron las labores en el sur, lo cual desincentivó a los productores a sembrar la oleaginosa».
«A pesar de que la reactivación de las lluvias aceleró la entrada de las sembradoras, la mejora en la oferta hídrica del perfil inclina la decisión de siembra hacia otros cultivos de gruesa», indicó el informe. En consecuencia, la retracción de la intensión de siembra respecto a la campaña anterior se ubicó en el 21,3%.