Las lluvias llegaron demasiado tarde para el trigo y Argentina tendrá la segunda peor cosecha del cereal de los últimos ocho años. Así, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) recortó hoy la estimación de producción en 800.000 toneladas y ubicó su nuevo guarismo en 13,5 millones de toneladas, 1,7 millones de toneladas por encima de la desastrosa campaña del año pasado.
«La sequía que siguió vigente en gran parte de las zonas productivas de Argentina hasta el 20 de octubre, el efecto de las heladas tardías y los posibles efectos de enfermedades fúngicas tras las lluvias mantienen un alto nivel de incertidumbre sobre el resultado de la actual campaña», explicaron desde la BCR y agregaron que «a pesar de que se hizo todo para que el potencial triguero supere las 17 millones de toneladas, guarismo que se hubiese alcanzado bajo un escenario de clima normal, la continuidad de condiciones de sequía, que se prolongó por casi 3 años y 10 meses, no permitió la recuperación del trigo».
El rinde estimado pasó de 28,3 quintales por hectárea (qq/ha) a 26,4 a nivel nacional. El impacto no es mayor porque en la provincia de Buenos Aires el panorama es mucho mejor, conteniendo el golpe productivo. Por el contrario, hay fuertes impactos en Santa Fe y Córdoba, y con el avance de cosecha, se confirman los bajos rindes en Chaco y Santiago del Estero.
En el este de Santa Fe hubo, para fines de mayo, muy buenos acumulados de lluvias que incentivaron la siembra (se llegó a sembrar apenas un 1% más). Sin embargo, en el total de la provincia, excepto el extremo sur, la falta de agua afectó mucho al cereal. El rinde de la provincia santafesina se ajustó de casi 29 qq/ha a solo 21,7 quintales. Así, Santa Fe resigna una producción de 740.000 toneladas.
En Córdoba, dónde se han sumado 100.000 ha al área de siembra, el ajuste de rinde es significativo: pasa de 22,3 qq/ha a 18,5 quintales. En Chaco y Santiago del Estero también hay cambios: la cosecha muestra promedios provinciales en torno a solo 10 qq/ha.
Por el contrario, en el bastión triguero del SE de Buenos Aires los rindes se muestran muy firmes, apuntando a un rango que va de 40 a 60 qq/ha. Pero los técnicos advierten por la explosividad que están mostrando las enfermedades y temen por el efecto de la roya, mientras van haciendo tratamientos. En el centro y norte provincial hubo una recuperación pluvial, pudiendo obtenerse mejores rindes.