A pesar de la magra producción triguera 2023/24, calculada en 13,5 millones de toneladas por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las exportaciones se recuperarían para alcanzar las 8,7 millones de toneladas. Si bien este número queda lejos de los más de 12 millones que Argentina exportó, en promedio, en los 5 años previos (2017-2022), queda muy por encima de los 3,2 millones enviados al exterior en el ciclo que finaliza.
En base a esta proyección de volumen total a exportar en el nuevo ciclo y a los precios FOB vigentes para embarque durante el próximo año, la BCR estimó que el cereal está en condiciones de aportar US$ 2.240 millones por el grano enviado al exterior, más del doble del aporte generado en la 2022/23 y un monto similar al aporte realizado entre la 2016/17 y la 2020/21.
Por otra parte, ante la escasez de reservas que hoy presenta el BCRA, mucho se ha hablado del “puente” que puede tender la fina (el trigo en particular) hasta que comiencen a ingresar los dólares de la nueva cosecha gruesa en abril-mayo del próximo año. En el siguiente gráfico se presenta el valor exportado mensual de trigo por campaña y la proyección para la 2023/24.
De diciembre a abril los valores exportados se proyectan entre 300 y 400 millones de dólares por mes, alcanzando un acumulado de US$ 1.400 millones en los primeros 4 meses de campaña. Si bien estos montos se encuentran lejos de los valores exportados en algunas campañas anteriores, como la 2021/22, se encuentran en línea con el promedio de la última década. Cabe aclarar que este es un escenario de comercialización normal por parte de los productores.
Finalmente, un aspecto que vale la pena aclarar es que buena parte del trigo ya se encuentra vendido al exterior, producto del “rolleo” de DJVE que se habilitó luego del traspié que sufrió la campaña 2022/23. Esto no implica que ya se hayan cobrado esas exportaciones, o que ya hayan ingresado las divisas al país, pero si que buena parte del trigo 2023/24 ya se ha comprometido y además ha pagado derechos de exportación.