El incipiente mercado de vehículos híbridos y eléctricos se encuentra a la espera de una legislación que no sólo sirva para impulsar la producción de rodados y electropartes, sino de la infraestructura necesaria para asegurar la movilidad y autonomía, así como para ordenar aspectos que hacen a normativas de orden nacional y provincial.
El Congreso tiene a su consideración desde febrero un proyecto presentado por la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos (Aavea) y a fines de abril el Gobierno dio a conocer los lineamientos del proyecto de Ley de Promoción de Producción de Vehículos Eléctricos e Híbridos, que vienen a ocupar el ámbito de discusión que quedó vacante luego de que tres iniciativas oficiales presentadas en 2014, 2017 y 2021 perdieran estado parlamentario.
En el país se estima que la electromovilidad podría generar para 2030 unos 12.500 puestos de trabajo adicionales en las terminales automotrices, 6.000 en las autopartistas y 2.500 en la fabricación de baterías de litio u otros minerales.
Todo eso iría de la mano de un escenario de inversiones de US$ 8.300 millones y exportaciones por US$ 5.000 millones, además de un ahorro acumulado de 10,7 millones de toneladas de carbono equivalente.
Dentro del concepto de «infraestructura» se destaca la importancia de desplegar una red de cargadores eléctricos por todo el país, algo necesario para impulsar la movilidad de larga distancia, no solo para el turismo sino especialmente para el caso del transporte de cargas, tanto por ahorro de energía como para resguardo ante eventuales restricciones de parte de la Unión Europea.
El desarrollo de la electromovilidad en la Argentina tiene un largo camino por recorrer, a juzgar por los datos estadísticos disponibles: la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) recientemente informó que de un parque automotor total de 15.079.041 vehículos, sólo 18.880 (el 0,12%) son híbridos y 4.401 (0,029%) totalmente eléctricos.
Estas proporciones se explican por tratarse de una modalidad nueva, pero que dejan en evidencia los desafíos a encarar de cara al Plan Nacional de Transición Energética, que para 2030 aspira a que los autos eléctricos alcancen al 2% del total del parque.
Los números contrastan con los de China, principal productor y comercializador de autos eléctricos del planeta que en 2023 prevé un nivel de ventas de 8 millones de unidades, según proyecciones citadas por la Agencia Internacional de Energía (IEA).