(Por redacción País Productivo) Todo indica de que el mapa agrícola va a cambiar en la campaña 2025/26 para los dos principales cultivos del país: la soja y el maíz.

Después de años de comenzar las siembras con pocas agua en los suelos y con pronósticos de lluvias erráticos, 2025 se perfile como un muy buen año para los cultivos de verano, ya que las abundantes lluvias que se dieron durante el otoño y el invierno, dejaron los perfiles hídricos totalmente recargados.

Este detalles, sumado a que la plaga de la chicharrita parece estar totalmente bajo control y la posibilidad de obtener un mejor resultado económico de la mano de mejores márgenes de rentabilidad, podrían llevar a que el maíz recupere el terreno pérdido en la última campaña y apueste a un récord productivo.

Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la siembra de maíz podría alcanzar en la campaña 2025/26 unas 9,7 millones de hectáreas entre grano comercial y para uso propio. De concretarse este panorama, estamos hablando de una expansión interanual del 17%, consolidándose como la segunda siembra más importante de la historia.

«Vuelve el rebote del cultivo tras la caída del año pasado por la falta de agua y sobre todo por el factor «chicharrita». La campaña con siembra récord de 2023/24 terminó sufriendo un recorte del 18% de su producción por el inédito ataque del virus del spiroplasma en el centro y norte del país», explicó la BCR.

Pero no solamente habría una fuerte expansión en el área, sino que también se espera que se pueda alcanzar una cosecha récord.

En este sentido, la producción proyectada con un escenario de lluvias normales es de 61 millones de toneladas, superando por 8,5 millones a su mejor marca, indicó la entidad bursátil. «Este guarismo sale de tener en cuenta un área de cosecha para grano de 8 millones de hectáreas y un rinde promedio de 76,2 quintales por hectárea (qq/ha)», agregó la entidad.

Pero esta expansión del maíz tiene una víctima y es la soja, que frenará su corto período de expansión y volverá a caer y de forma contundente.

Así, con un pronunciado recorte de 1,35 millones de hectáreas, se estima la intención de siembra de soja 2025/26 en 16,4 millones de hectáreas. «Luego del tema chicharrita y su influencia sobre la producción de maíz del año pasado, la soja vuelve a exhibir la tendencia que venía manifestando, la de un área de siembra en retroceso. Hace 11 y 12 años, la soja tocaba los techos, superando los 20 millones de hectáreas implantadas», apuntó la BCR.

Para este próximo 2025/26, de concretarse la proyección de siembra de 16,4 millones de hectáreas y sobre la base de un área no cosechable promedio y un rendimiento también promedio de 29,1 qq/ha, la producción podría dejar 47 millones de toneladas.