Ante una caída de exportaciones del 24,5% respecto a 2022, la caída de las importaciones físicas fue del 5,5% durante el primer semestre, por lo que si se hubiese priorizado mantener el saldo comercial, y a través de eso el stock de reservas, la caída de las importaciones debería haber sido del 23%, resaltò el informe de la economista Nadin Argañaraz.

En efecto, dado lo ocurrido en el primer semestre del año, se desprende que el gobierno priorizó el nivel de actividad, optando por reducir mucho menos las importaciones que lo que las debería haber reducido en un escenario alternativo, destacpo la economista de la Fundación Mediterránea.

En la actualidad, una de las discusiones centrales pasa por la administración de la escasez de dólares derivada de la sequía más importante que haya tenido Argentina.

En el primer semestre del año, las exportaciones se redujeron en US$10.869 millones, el equivalente al 24,5% de las exportaciones de igual periodo de 2022.  El balance comercial fue negativo por US$4.388 millones, pero el déficit incremental fue de US$7.365 millones, debido a que las importaciones cayeron solamente en  US$3.504 millones, un 8,5%.

De esto se tiene que la caída de importaciones fue equivalente al 32% de la caída de exportaciones. Es decir que por cada dólar que se dejó de exportar, se dejó de importar US$0,32.

Esta administración de los dólares significó una caída física de las importaciones del orden del 5,5%. Este cálculo resulta relevante, dado que los bienes e insumos físicos importados son los que se insertan en el proceso productivo de gran parte de los bienes argentinos.

Rubro por rubro

La mayor caída de importaciones físicas la tuvieron Combustibles y lubricantes, con el 18,8%, seguida de bienes de capital con 12,6%.

Una administración alternativa era disminuir las importaciones en US$10.869 millones, manteniendo igual saldo de balanza comercial que el del primer semestre de 2022.  De este modo, ante una caída del 24,5% del volumen de exportaciones, las importaciones en volumen deberían haber caído un 26%.

En términos físicos, las importaciones deberían haber caído 23,3% durante el primer semestre de 2023 respecto a igual semestre de 2022.

Lo interesante es la comparación entre ambas alternativas de reducción física de las importaciones. Esto se presenta en el gráfico 2. Puede observarse que, en combustibles y lubricantes, la caída, en lugar de ser del 16%, debería haber sido del 32%.

En bienes de capital debería haber sido del 30%, en lugar del 13%. En bienes de consumo del 23%, en lugar del 5%. En vehículos del 22%, en lugar del 4%. En bienes intermedios del 22%, en lugar del 3%. En piezas y accesorios, la caída física debería haber sido del 16%, en lugar del aumento del 4% que efectivamente tuvo.

Como puede apreciarse, la alternativa de priorizar los dólares a través de mantener constante  el saldo comercial, requiere una reducción mucho mayor de las cantidades importadas de los distintos bienes y, por ende, tiene un costo mucho más elevado en términos de retracción de la actividad económica.