(Por redacción País Productivo) No es noticia que la industria está pasando por un momento difícil por la caída del consumo, bajos niveles de actividad y la competencia de las importaciones. Pero esta situación ya no solo afecta de manera directa a las pymes, sino que golpea de lleno a las grandes empresas.
Y justamente, el sector de los electrodomésticos en uno de los segmentos industriales que más está sufriendo esta coyuntura, que las obliga a tomar medidas drásticas para continuar en el mercado.
Una de ellas es la mexicana Mabe, que en las últimas horas decidió parar la producción de línea blanca en una de sus plantas y reconvertirá su planta de Río Segundo en un centro de distirbución, concentrando la producción de lavarropas y heladeras en la fábrica de Luque.
La empresa, que hace dos años compró la compañía cordobesa José Alladio e Hijos, dueña de la marca Drean, comunicó dicha decisión por el bajo nivel de producción de ambas plantas, que una ociosidad que supera al 50% de la capacidad instalada.
En la fábrica de Río Segundo trabajan 200 personas, las cuales serán rehubicadas en Luque, siempre y en cuanto acepten la propuesta. De no hacerlo, recibirán una indemnización del 110%, mientras que unos 30 empleados ya aceptaron la propuesta de retiro voluntario retiro voluntario.
La otra firma que también se encuentra contra las cuerdas es la multinacional de origen sueco Electrolux, la cual tiene su fábrica en Rosario.
La empresa, en acuerdo con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), optó por prórrogar el régimen de suspensiones rotativas para 400 operarios.
Según trascendió, la compañía decidió prolongar por tres meses ese esquema debido a la fuerte caída de la producción y las ventas, situación que mantiene la planta con actividad mínima y pone en vilo la estabilidad ocupacional de cientos de familias.
El acuerdo con la UOM busca evitar despidos directos y mitigar el impacto de la crisis. De acuerdo con fuentes sindicales, la compañía decidió extender el esquema de suspensiones rotativas de sus trabajadores directos en la planta industrial de Rosario hasta el 31 de diciembre de 2025. La modalidad admite una reducción de haberes, aunque los trabajadores mantienen la relación laboral activa.
