(Por redacción País Productivo) La vitivinicultura, una de las principales economías regionales del país y el corazón productivo de la región de Cuyo, se encuentra atravezando una severa crisis, como consecuencia de un complejo combo, que incluye caída de exportaciones, consumo interno estancado y una acumulación de stocks que deprime los precios.
Es por eso que la Fundación Mediterránea – Ieral, en base a un extenso informe – asegura que esta conjunción de factores adversos que se mantienen en el tiempo llevaron a que se produzca “un ajuste visible en toda la cadena, desde los precios del vino y la uva hasta la superficie cultivada”.
En primer lugar, uno de los principales puntos que afectan a la cadena vitivinícola es la caída de las exportaciones, motivada por una merma en la demanda internacional a nivel mundial, dando lugar a una baja considerable en los precios del 30% en una década.
El problema radica no solo en una caída de los embarques e ingreso de dinero, sino que ese excedente productivo debe ser colocado en el mercado interno, que hoy se encuentra estancado y golpeado por una caída del poder adquisitivo. En este contexto, el segmento de vinos genéricos, los más baratos del mercado y los que más se producen, es el que presenta mayores mermas comerciales.
Esta situación —caída de las exportaciones y un mercado interno que no tracciona— dio lugar a una acumulación de stocks.
“Medidos en meses de consumo total, estos inventarios pasaron de un promedio cercano a cuatro meses en el periodo previo al año 2010, a casi siete en los últimos años, y podrían superar esa cifra hacia mediados de 2026. Este aumento refleja el desajuste entre producción y ventas, y constituye un factor central en la caída de los precios del vino”, marcó el trabajo de Ieral.
Este combo golpea tanto a los productores como a la industria, independientemente de su tamaño, si bien se sabe que aquellas que son más grandes tienen más espaldas.
No obstante, en los últimos días se conoció la noticia de la caída de un grande del sector: la Bodega Norton se presentó a concurso preventivo de acreedores.
Según consignó el portal Bichos de Campo, el CEO de la empresa, Tomás Lange, informó que dicha decisión se tomó “para asegurar los puestos de trabajo y la continuidad de la operación, en el marco de un contexto desafiante para la industria vitivinícola, tanto a nivel local como internacional y luego de evaluar distintas alternativas de solución a la situación financiera de la compañía”.
Según añadió el ejecutivo, “la compañía reafirma su compromiso con sus colaboradores y la comunidad vitivinícola y continuará trabajando con el mismo espíritu de esfuerzo y excelencia que la caracteriza desde hace 130 años”.
