Según el economista, si Argentina deja el Mercosur podría poner en jaque su capacidad de negociación y perjudicar aún más a la industria local.

El presidente Javier Milei ratificó en el discurso de apertura de las sesiones del Congreso de la Nación que iniciará tratativas para cerrar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y amenazó con abandonar el Mercosur. “Sólo beneficia a los empresarios brasileños”, aseguró el jefe de Estado respecto a la participación del país en el bloque regional.

En diálogo con País Productivo Radio, el economista Mariano Kestelboim consideró que la salida del Mercosur “es romper una de las pocas políticas de Estado que se han tenido en la Argentina en 24 años», ya que el bloque «es la plataforma de inserción internacional más importante que tiene nuestro país”.

El economista analizó las expresiones de Milei a la luz de su experiencia como representante de Argentina para el Mercosur y la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). “Es un espacio de paz, de respeto a la democracia, a los derechos humanos y de convivencia. También es un espacio de libre comercio, no se pagan aranceles sobre los bienes que se comercializan en la zona”, resaltó.

Desde su punto de vista, la mayor ventaja que tiene formar parte del bloque regional tiene que ver con la capacidad de generar intercambios con las potencias mundiales. “Eso le da muchísimo más músculo. Si Argentina tuviera que hacerlo por sí sola, perdería la mitad del mercado. Las otras economías van a tener prioridades de negociación”, recalcó.

“El principal mercado de destino de los productos locales es Brasil. Después están Chile, Uruguay y Paraguay”, insistió Kestelboim y aseguró que los principales afectados serían los sectores manufactureros, la industria fundamentalmente. Explicó que salir del Mercosur implica “empezar a pagar aranceles” que hasta el momento no deben ser afrontados para exportar.

El economista también hizo referencia a la frase que utilizó Javier Milei al decir que el Mercosur solo beneficia a los empresarios brasileños. “Me da vergüenza como argentino ese tipo de afirmaciones del presidente sin presentar un solo dato. Analizarla, es generar un infantilismo caprichoso que no tiene sentido”, sentenció.

Finalmente, remarcó los resultados positivos que se obtuvieron a partir de la creación del bloque, en 1991. “En Argentina, favoreció a la población en general con la generación del empleo en el sector industrial. Transversalmente, generó más actividad. También ayudó al pueblo de Brasil y al mismo tiempo, a los uruguayos y paraguayos», reflexionó.

Negociar en soledad

No podía faltar en la conversación una referencia a los reclamos de flexibilización de las condiciones del pacto. Uruguay solicitó en varias oportunidades la posibilidad de negociar acuerdos por fuera del bloque regional. “Es una posición que empezó a fines de los ‘90 y que Lacalle Pou llevó adelante durante todo su mandato”, recordó Kestelboim.

Según el exembajador, el Gobierno de Javier Milei se suma a ese pedido histórico del país oriental y que no tuvo los mejores resultados. “Chocó contra la pared muchas veces. Lo único que consiguió fue desestabilizar el funcionamiento del Mercosur, hacerlo más vulnerable y exhibir debilidad. Además, puso de relieve que los actores con los que negoció miran al bloque en su conjunto y después a los países individualmente”, sostuvo.

En cuanto a la aventura argentina de pactar el libre comercio para ingresar productos al mercado norteamericano, el entrevistado sostuvo sin dudar: “No creo que Argentina pueda negociar este acuerdo. No creo que el Gobierno de Milei lo logre, va a fracasar. Es un gasto de energía y de capital humano, porque no va a llegar a buen puerto.”, sentenció

Desde su forma de ver las cosas,  tal vez no hay costo alguno para la gestión de Donald Trump por coquetear y abrir el análisis, aunque en instancias de concreción el escenario puede ser diferente. “Cuando llegue a una etapa de definiciones, va a desistir. Brasil se va a oponer a esa posición y a Estados Unidos le importa más tener un buen vínculo con ellos que con nosotros. No me parece viable”, concluyó.

“Lo único que está haciendo Argentina es mostrarse disciplinada, obediente y funcional a los intereses norteamericanos, pero no creo que vaya a haber una contrapartida comercial. De hecho, se descartaron las exenciones de aranceles sobre el aluminio y el acero”, cerró Kestelboim.